Terapia de parejas

Tratamiento para parejas

¿Cómo funciona la terapia de pareja?

La terapia de pareja suele funcionar asistiendo a sesiones semanales con un psicólogo, que dependiendo del problema y de la evolución de la pareja espaciará a sesiones quincenales o mensuales hasta acabar dando el alta terapéutica. Cada sesión de terapia psicológica para parejas dura unos 60 minutos. Es común, que, pese a que sea terapia de pareja, el psicólogo considere que tenéis que hacer sesiones por separado. Las sesiones de terapia psicológica para parejas se pueden realizar en persona en nuestro centro de Alicante de psicología y sexología, o con nuestros psicólogos de manera online en cualquier parte del mundo.

La primera sesión es donde contamos y analizamos el problema en profundidad y el psicólogo especialista en parejas mediante su criterio y algunas pruebas diagnósticas, nos comentará qué nos pasa de manera comprensible y, sobre todo, cómo lo vamos a solucionar, mostrándote y consensuando con vosotros el plan de tratamiento y la duración. A esta primera sesión deben acudir los dos miembros de la pareja, será la psicóloga quien marque los tiempos y el cómo de esa primera sesión. A partir de entonces, las sesiones se centrarán en darle técnicas y estrategias prácticas a la pareja que pueda utilizar día a día, generando un hábito que se mantenga en el tiempo, lo que hace el tratamiento más rápido y eficaz.

La terapia de pareja se enfoca en atender los problemas que pueden surgir en una unión como: infidelidades, celos, problemas de comunicación, problemas sexuales…

¿Para qué realizar terapia de pareja?

Mejora la calidad de vida de ambos.

Incrementa el bienestar en la relación y la convivencia.

Desarrolla inteligencia emocional, aprendiendo a gestionar emociones.

Incrementa las habilidades de comunicación y resolución de problemas.

Minimiza el malestar emocional.

Desarrolla pensamiento positivo.

Mejora la satisfacción sexual.

Salir de la rutina.

Mejorar la confianza.

¿Qué hacer para ser atendido por el mejor profesional para mi problema?

Para recibir la mejor terapia de parejas puedes rellenar nuestro formulario web o contactar por WhatsApp, contando las características básicas del problema de forma gratuita y totalmente confidencial, para que el centro pueda asignarte al mejor profesional y ya desde la primera sesión estés en las mejores manos.

Si tienes dudas respecto a si tu problema puede tratarse de manera online, no te preocupes, nosotros te aconsejaremos la mejor opción de tratamiento, basándonos en los muchos pacientes que hemos ayudado.

Así que no lo dudes, EMPIEZA EL CAMBIO.

Comunicación en pareja

Las parejas son muy distintas, pero todas tienen que tener una buena comunicación en pareja para que funciones, y esta comunicación en pareja se basa en algunos principios básicos ser honesto, abierto y directo cuando hablamos de nuestras emociones y los problemas que surgen en la relación. No expresar lo que me molesta solo crea un resentimiento en mí y confusión en la otra persona que no sabe muy bien porque estas así, por lo que es importante que aprendáis a tener una buena comunicación en pareja.

Tener una buena comunicación en pareja es fundamental para tener una relación saludable. Pues, en contra de lo que muchos creen, una relación sana se trabaja a base de muchas conversaciones incomodas y tenemos que tener una buena comunicación en pareja para poder manejarlas sin que existan tensiones innecesarias. El reto que tienen que superar las parejas es conseguir convivir con diferentes puntos de vista, pues ninguna pareja va a pensar lo mismo en todo momento, por lo que es muy importante el respeto y la tolerancia para poder tener una buena comunicación en pareja. Se trata de tener técnicas donde se consiga mantener una conversación, escuchando al otro y no acabar haciendo un monologo, debatir los puntos de opinión, sin descalificar al otro, y evitar callarse o permanecer en silencio por miedo a la reacción de la pareja.

Existen cuadro modelos de comunicación en la comunicación en pareja:

  • Modelo pasivo: Donde la persona opta por no expresar sus necesidades u opiniones por miedo al enfado del otro o porque cree que no serán escuchadas, generando un obstáculo para la comunicación en pareja.
  • Modelo agresivo: Donde la pareja expresa sus emociones o pensamientos sin pensar en los sentimientos de la otra persona, llegando a ofender y olvidándose de que existe otra parte que también tiene que opinar. Olvidándose por completo de la comunicación en pareja y generando un monologo doloroso.
  • Modelo pasivo-agresivo: Es el modelo más común en parejas disfuncionales, donde no se expresan las necesidades con tal de no generar discusión, pero va generando un resentimiento en la pareja, y después de callarse en muchas ocasiones, llega un momento en el que la persona explota, pasando al modelo agresivo, donde expresa lo que le molesta sin mostrar respeto y de malas formas. Además, como previamente no ha habido una comunicación en pareja adecuada, la persona que recibe la reprimenda cree que la reacción es exagerada y desproporcionada.
  • Modelo Asertivo: Por último, el modelo correcto de comunicación en pareja, donde se genera un espacio donde poder expresar las inquietudes de la pareja, desde la escucha activa, el respeto y sobre todo la solución de problemas.

La mayoría de parejas disfuncionales, presentan algunos de los patrones de comunicación en pareja ineficaces, que generan malestar y rencor, pero, sobre todo, como siempre acaba en discusión o silencio, y por tanto no solucionan nunca el problema, repitiéndose en el futuro, y generando la sensación de que están en un bucle del que no pueden salir.

¿Cómo puede ayudarme la terapia de pareja en la comunicación en pareja?

  • Puede ayudarme a identificar cual es el patrón de comunicación en pareja que tenemos y explicarnos que lo produce y lo mantiene.
  • Generar un espacio donde podamos expresarnos y escucharnos, con respeto y sin reproches.
  • Conocer técnicas de autocontrol y comunicación efectiva, conocer cuáles son los tiempos correctos para hablar para cada uno de nosotros y bajo qué circunstancias.
  • Aprender a hacer críticas y expresar las necesidades de forma asertiva, hablando desde lo que yo necesito y no desde lo que la otra persona hace mal, mejorando la comunicación en pareja.
  • Mejorar en las técnicas de resolución de problemas, y vernos como un equipo contra el problema y no como contrincantes.
  • Reducir el afecto negativo hacia mi pareja, comprendiéndole y conociéndole más, y mejorando así nuestra relación y comunicación en pareja.

 

 

Infidelidad

La infidelidad dentro de una pareja significa la ruptura de un pacto, de la promesa de confianza que se había acordado en la pareja. La infidelidad es, por tanto, un mal uso de la confianza que se había puesto el uno en el otro, en la mayoría de ocasiones suele destruir la relación y el vínculo creado, puesto que los sentimientos que puede arrastrar la pareja son traición, confusión, celos, inseguridad, culpa. Pero, en otras ocasiones las parejas que lidian con una infidelidad son capaces de reparar la relación, volviendo la relación más fuerte que antes de la infidelidad. En cualquiera de los casos, es importante que ambos miembros de la pareja, trabaje para asimilar lo sucedido y reparar el daño ocasionado, por el bienestar propio.

Algunas de las consecuencias que pueden sufrir las parejas que han pasado por una infidelidad son:

  • Imágenes constantes de la infidelidad: Se puede imaginar a la pareja manteniendo relaciones sexuales con otras personas, que suponen un inmenso dolor y ansiedad para la persona que ha sido engañada.
  • Resentimiento y reproches constantes: Generando tensiones en la pareja que pueden llegar al alejamiento, no poder mostrar cariño o mantener relaciones sexuales o incluso a castigos emocionales, como el silencio o la humillación.
  • Entrar en el bucle de los detalles de la infidelidad: Todos los días la pareja engañada pide que le cuente el cuándo, dónde, cómo, por qué, entrando en un bucle diario del que no pueden salir.
  • Celos y control excesivo a partir de la infidelidad: La persona engañada empieza a tener conductas que antes no tenía, como vigilar su teléfono móvil o email, exigir dar detalles de donde ha estado y con qué compañía…
  • Culpa y confusión: Por la parte del infiel, sentir el dolor que ha generado y estancarse en él, enfocándose en auto flagelarse y no en la reparación del daño, y ambos pueden llegar a confundir lo que sienten por su pareja tras el fuerte impacto de la infidelidad.

Para superar una infidelidad ambos miembros tienen que trabajar y ser pacientes, el infiel tiene que darle una oportunidad a su pareja para superar el resentimiento, y la pareja engañada tiene que trabajar la confianza y volver a darle un voto de confianza a su pareja, si esto no ocurre, y no siempre puede ser posible, la pareja tiene que continuar su camino por separado.

Al final, la infidelidad suele estar causada por un incorrecto manejo de los problemas que presenta la relación o el propio individuo. El infiel puede tener un sentimiento de no recibir la satisfacción que espera o necesita, sintiendo un vacío que no ha sabido gestionar. Necesita encontrarse, y puede hacerlo con la terapia psicológica, por tanto, una persona infiel, puede dejar de serlo.

¿Cómo puede ayudarme la terapia de pareja a superar una infidelidad?

 

  • Tendré un espacio seguro donde poder hablar de lo que ha pasado, entenderse y llegar a establecer puentes de acercamiento.
  • Aprender a comunicarse de manera asertiva, llegando a nuevos acuerdos que tengamos que empezar a cumplir, empezando a restablecer la confianza después de la infidelidad.
  • Abordar y resolver los conflictos de la relación, tanto de antes como de después de la infidelidad.
  • Aumentar el conocimiento personal, resolviendo las dudas que pueda haber generado la confusión de la infidelidad.
  • Aumentar el conocimiento de la pareja y tener estrategias para detectar problemas.

Generalmente se entiende que la terapia de pareja para superar una infidelidad, nos ayuda a recuperar la relación y crecer como pareja. Pero también, puede ser un lugar para afrontar que esto ya no es posible, que la relación ha terminado sin que esto signifique un fracaso, y poder realizar una ruptura lo menos dolorosa posible.

Celos patológicos

La celopatía o los celos patológicos aparecen en algunas relaciones de pareja y están basados en un miedo atroz a que la pareja te abandone. La mayoría de las veces, es temor a la pérdida, no es real, es imaginado por la persona con celos patológicos.

Sentir celos es normal, los celos son una emoción adaptativa que sentimos los seres humanos, no solamente se puede sentir celos en la relación de pareja, sino también con familiares, por ejemplo, es normal los celos entre hermanos, amigos y otras personas importantes para ti. Los celos, son una respuesta emocional a una situación, como podría ser la tristeza o el enfado, pero cuando aparecen de forma constante entorpeciendo la relación de pareja, hablamos de celos patológicos, es decir una expresión emocional exagerada que incluso puede llegar a convertirse en una obsesión. Además de ser un problema que puede destruir la relación de pareja, también genera un gran sufrimiento en la persona que presenta estos celos patológicos.

Los celos patológicos aparecen como un conflicto emocional en el que se tiene a imaginar con situaciones en las que la pareja es infiel o puede estar cometiendo algún tipo de infidelidad. Aunque algunas veces puede que tenga una base real, en la mayoría de los casos se generan por una autoestima baja y una inseguridad muy fuerte de la persona que padece celos patológicos.

¿Cómo sé si tengo celos patológicos?

  • Tiendo a imaginar situaciones inexistentes o sacar conclusiones poco lógicas.
  • Tengo conductas de control, quiero saber dónde está mi pareja, le miro el móvil o el correo, miro las redes sociales de sus amigos para ver si dice la verdad, le pongo pruebas…
  • Los motivos que tengo para sentir celos suelen ser pensamientos irracionales.
  • Tengo problemas y discusiones en mi relación de pareja por culpa de los celos patológicos.
  • Dedico tiempo y esfuerzo en buscar prueba de la infidelidad.
  • Me enfado y me defraudo con mi pareja frecuentemente.
  • Le he pedido a mi pareja que no se relacione con ciertas personas o no vaya a algunos sitios.
  • Sensación de ansiedad al estar lejos de la pareja, o si llega más tarde o no tengo información durante un tiempo de él/ella.
  • Insomnio si sé que mi pareja está fuera.

Los celos patológicos son un problema que afecta a muchas parejas, incluso aunque no sean conscientes de esto, y lo confundan con un síntoma de amor. Se necesita comprender que una relación de pareja se basa en respetar las libertades individuales y en la confianza que me produzca paz, evitando los patrones obsesivos o los celos patológicos. Es por ello, que lo más aconsejable sea acudir de forma conjunta a terapia, pues, aunque sea uno de los dos el que sufre los celos patológicos, necesitamos crear estrategias y apoyo desde la pareja, para no caer en posibles errores en las reacciones a esos celos patológicos.

¿Cómo puede ayudarme la terapia de pareja a gestionar mis celos patológicos?

  • Reconocer mi problema de celos patológicos, detectar el origen y ver cómo está afectando a mi salud mental y a la relación de pareja.
  • Darme cuenta de la falsedad de los hechos en los que me baso para fundamentar mis celos patológicos, gestionando de una forma más racional y adaptativa esos pensamientos intrusivos.
  • Comprender los mitos románticos que generan unas expectativas excesivas de los celos y amor, eliminando creencias irracionales de la infidelidad.
  • Trabajar posibles traumas que te impiden amar de manera sana, por antiguas infidelidades o vivencias familiares que te hayan creado esos celos patológicos.
  • Superar el miedo a la soledad y al abandono, como la ansiedad que genera.
  • Aumentar la autoestima y la confianza en mí mismo.
  • Desarrollar habilidades de comunicación para entenderme mejor con mi pareja y consolidar la relación.
Problemas sexuales en pareja

Cuando hablamos de problemas sexuales en la pareja, se suele hablar de una evolución negativa de la relación, es decir, hubo un tiempo donde funcionaban y nos sentíamos satisfechos con esta área, pero han aparecido problemas sexuales que han hecho que no sea como antes. Los problemas sexuales que suelen presentar las parejas más comúnmente son: aburrimiento, falta de deseo o deseo compulsivo, o un problema sexual en sí mismo por parte de un miembro de la pareja como impotencia, dificultad para llegar al orgasmo o eyaculación precoz que antes no aparecían y están obstaculizando el correcto desarrollo de las relaciones sexuales.

Las consecuencias de los problemas sexuales en la pareja, suele ser el desencanto progresivo de la relación que se expresa en forma de rutina, distanciamiento o infidelidad. Sobre todo, los problemas sexuales rompen la cercanía afectiva, haciendo más notable las diferencias, provocando el aumento de discusiones y reproches. Muchas de estas parejas con problemas sexuales acaban resignándose ante la inactividad sexual, llevando una relación sin pasión, complicidad o intimidad, pensando que es lo normal con el tiempo o que no existe solución. Si esta decisión es consensuada nos quedaremos en una insatisfacción por parte de ambos, pero si, además, esta decisión es tomada por un miembro solo de la pareja, se encontrarán dificultades, pues uno de los miembros se debatirá en insistir, sintiéndose egoísta o rechazado, llegando a renunciar al sexo, o en casos extremos buscar relaciones paralelas y llegar a la infidelidad.

Pero nada más lejos de la realidad, acudiendo a terapia de pareja y detectando el detonante que está causando estos problemas sexuales, podemos generar estrategias para recuperar una vida sexual satisfactoria, algunas de las causas más habituales que suelen estar generando los problemas sexuales en pareja son:

  • La rutina dentro de las relaciones sexuales, ya no nos motivan y han dejado de ser pasionales, se han convertido en “sexo mecánico” y sin afecto que generando esos problemas sexuales.
  • Discusiones o tensiones en la relación de pareja que impiden disfrutar de esa intimidad.
  • Escaso tiempo libre, horarios incompatibles y poco tiempo de calidad en la pareja.
  • Estrés y cansancio físico y mental que generan problemas sexuales.
  • Rechazo y evitación por uno de los miembros de la pareja.
  • Llegada de los hijos, que ha supuesto un aumento de la responsabilidad y del estrés cotidiano y ha bajado la intimidad de la pareja.
  • Enfermedades físicas que curse con dolor o psicológicas que inhiben el deseo sexual.
  • Cambios corporales importantes por un miembro de la pareja que conduce a la inhibición o rechazo.

 

¿Cómo puede ayudarme la terapia de pareja en mis problemas sexuales?

 

  • Detectar lo que está causando los problemas sexuales o la insatisfacción, valorar como está influyendo esto en la pareja y cómo se mantiene.
  • Generar un espacio seguro, donde hablar de sexo y de nuestras necesidades sin sentirnos juzgados.
  • Mejorar las habilidades de comunicación en pareja y la resolución de conflictos, para que estos no influyan generando problemas sexuales.
  • Recibir educación sexual, abriendo nuestras experiencias y posibilidades, reconociendo algunos de nuestros problemas sexuales y ponerles solución.
  • Romper mitos y creencias irracionales que estén generando estos problemas sexuales.
  • Aprender a dedicarnos tiempo de calidad, salir de la rutina y volver a conectar a nivel íntimo.
  • Reducir el estrés y la ansiedad para disfrutar más de las relaciones sexuales.
  • Aumentar la autoestima para poder disfrutar de nuestros cuerpos sin preocuparnos.
  • Saber cómo apoyar a mi pareja, si está sufriendo un problema sexual, y no tener reacciones que empeoren el problema sexual.
Relación tóxica

Existen muchas relaciones de parejas distintas, siendo algunas de ella muy complicadas. Nuestras psicólogas ven a menudo parejas que se llevan mal, hasta llegar a generarles un problema de estrés y malestar importante. Es entonces, cuando hablamos de relación tóxica, son relaciones en las que al menos uno de los dos miembros tiene comportamientos y actitudes inapropiadas, que llegan a generar una situación de vulnerabilidad psicológica y emocional del otro miembro de la pareja.

En la relación tóxica, se producen situaciones muy dolorosas y peligrosas, y que pueden llegar a terminar en maltrato, tanto físico como psicológico. Muchas veces, las personas que están dentro de la vorágine de una relación tóxica no son capaces de darse cuenta del abuso al que están siendo sometidos, el amor puede “cegarte” y pensar que algunas actitudes de esa relación toxica son normales. Es importante, que, si estás en una relación tóxica, tomes medidas cuanto antes, porque estás relaciones nunca van a mejor por arte de magia. Algunas de las señales de que me encuentro en una relación tóxica son:

  • Se enfada cuando decides quedar con tus amigos o familiares.
  • Intenta controlar lo que gastas o te recrimina dinero que hayas gastado para ti.
  • Le has pillado mirando tu móvil o tu espacio, no respetando tu privacidad.
  • Te hace comentarios infravalorándote, criticando tus logros o cuestionando tu opinión.
  • Entra en el chantaje emocional, si no haces lo que esa persona quiere se enfada, y ejerce castigos emocionales como dejar de hablarte.
  • Hace comentarios sobre tu imagen corporal o tu forma de vestir para que la cambies.
  • Tus problemas siempre le parecen una tontería o no te escucha.
  • No reconoce su culpa en ninguna situación, siempre eres tú el que cede e incluso te culpabiliza de problemas suyos.
  • Ya no le cuentas a tu círculo social tus problemas con tu pareja, por miedo a que tu pareja se entere y se enfade o porque tus amigos y familiares se preocuparían o te dirían que estás en una relación tóxica.
  • Toma decisiones que os afectan a los dos sin pedirte opinión y sin informarte.
  • Te compara con otras parejas que ha tenido u otras parejas que conocéis.
  • Si no tenéis sexo se enfada y acabas realizando prácticas sexuales sin ganas.

Se han mencionado las banderas rojas que pueden ser la señal de alerta de que estás en una relación tóxica, solo será una relación tóxica si estos comportamientos y actitudes que has leído se producen de forma habitual. Aunque, puede que tú también estés cometiendo alguno de estos errores y es hora de hacer autocrítica para no volver a tener una relación tóxica. Todos, en algún momento de nuestra vida hemos tenido un comportamiento tóxico, por eso tenemos que tener cuidado de clasificar a alguien como tóxico, y no a la relación, como relación tóxica. Pues esta relación tóxica, se puede reconducir con mucha comunicación, límites y terapia de pareja, si la persona DESEA CAMBIARLO.

¿Cómo puede la terapia de pareja ayudarme a cambiar mi relación tóxica?

  • Reconocer cuales son aquellos comportamientos y actitudes que están manteniendo la relación toxica.
  • Generar un espacio seguro para hablar de los problemas de la pareja y las consecuencias psicológicas y emocionales que está creando esa relación tóxica.
  • Aumentar las habilidades de comunicación y de resolución de conflictos.
  • Desmitificar algunos de los mitos del amor romántico que pueden estar impulsando la relación tóxica.
  • Aumentar la autoestima de los integrantes y el autoconocimiento de la pareja.
  • Gestionar emociones como los celos, la inseguridad o la ira.

Si la persona no se reconoce en estas actitudes y no quiere cambiar de comportamiento, es posible que no exista otra solución que la ruptura. Recuerda que tu relación no va a cambiar si no hacéis nada para ello, y tener esta relación tóxica te está generando mucho sufrimiento. Si no sabes cómo salir de esta situación o de esa relación tóxica contacta con nosotros de manera individual.

Divorcio y mediación

El divorcio o la separación es una de decisiones que han aumentado en los últimos años. Esto conlleva que muchas parejas después de años juntos ponen fin a su unión y prefieren llevar vidas por separado. Las causas de estas rupturas o divorcio suelen ser la monotonía de los años que acaba siendo una rutina agotadora acabando con el romanticismo o la falta de comunicación.

Cuando se plantea el divorcio, aparece en nuestra mente una sentencia judicial, un proceso que puede ser tedioso y doloroso para la pareja y la familia que hayan creado, y pese a que normalmente este el camino más común, cada vez más se demanda lo que se conoce como mediación de divorcio o separación. Esta opción, se basa en introducir un experto, un psicólogo especialista en parejas, que actuará de mediador, y tendrá la función de hacer más sencilla y viable las negociaciones, y de apoyarnos y sostenernos durante este proceso de divorcio.

Este proceso de terapia puede ser muy beneficioso para la pareja que ha optado por el divorcio o separación, pues se llega a acuerdo de manera más rápida y ágil, intentando siempre la conveniencia de ambas partes de forma imparcial. Es también la opción más sensata si pensamos en el bienestar familiar, pues si vivimos un divorcio difícil, los hijos pueden llegar a generar problemas psicológicos o un trauma, de esta manera se les incluiría en el proceso, dándole las explicaciones que necesiten desde la calma y la sinceridad más absoluta. Se ha comprobado que, si se realizan procesos de mediación en el divorcio o separación, la relación entre los ex cónyuges es más abierta y tienden a tener un buen trato después del proceso de divorcio.

Cada pareja es diferente y se necesita una terapia completamente personalizada para llegar a los mejores acuerdos en el divorcio o separación, pero normalmente el proceso de mediación en el divorcio empieza con una entrevista inicial, donde se expondrá el caso, se firmarán los compromisos del proceso de divorcio y mediación y se cerrarán las próximas sesiones.

Después de esta etapa, empezamos con la fase de negociación, donde se reconocerán los puntos de acuerdos y aquellos que generan conflicto en el momento actual, y aquellos puntos que puedan ser un conflicto fututo, acordando puntos desde cómo se lo vamos a comunicar a los niños o como que educación recibirán en los próximos años. De esta manera, quedará abordado y consensuado todos los puntos hasta finalizar el proceso de mediación de divorcio. Los temas que solemos abordar en la mediación de un divorcio o separación son:

MEDIACION OBLIGATORIA: Alimentos – Relación Directa y Regular (visitas) – Cuidado Personal y comunicación del divorcio

MEDIACION VOLUNTARIA:

a.- Aspectos educativos en la crianza de los hijos e hijas.

b.- Asuntos relacionados con la patria potestad.

c.- Autorización para salir del país.

d.- Compensación económica.

e.- Declaración de Bien(es) Familiar(es).

f.- Separación Judicial de Bienes.

 

En nuestro centro, contamos con psicólogos mediadores especializados, con estudios en habilidades y técnicas de comunicación, negociación, resolución de conflictos y conciliación. Con un proceso de mediación de divorcio o separación, sentirás que generas nuevas herramientas de comunicación para finalizar tu proceso de divorcio, de la mano de una persona imparcial o figura neutral que facilitará este mal trago.

 

¿Cómo puede ayudarme la terapia de pareja en el proceso de divorcio?

  • Generar un espacio seguro e imparcial en el que hablar de temas complicados.
  • Mejorar la comunicación con la que todavía es mi pareja para llegar a acuerdos y pactos justos para los dos.
  • Ayudar a hacer más fácil y comprensivo el proceso de divorcio para el resto de miembros de la familia.
  • Llegar a acuerdos concretos y satisfactorios para ambos, para evitar judicializar el proceso de divorcio.
  • Mantener una relación cordial después del proceso de divorcio.
Relaciones abiertas

Las relaciones abiertas son el modelo de relación para todos aquellos que no pueden sentirse cómodos o felices en una relación monógama por rutina, celos, mentiras y sentirse mal si tienen deseos por alguien que no sea su pareja. Se conoce con muchos otros nombres como poliamor, polifidelidad, amor concluyente o amor libre, pero todo hace referencia a las relaciones abiertas, aunque si diferencias varios tipos, entre ellos los más comunes son:

  • Relaciones abiertas platónicas: En la que uno o ambos miembros de la pareja se permiten tener coqueteos con otras personas, pero no pueden mantener relaciones sexuales fuera de la pareja.
  • Relaciones abiertas poligámicas: Consiste en que uno de los miembros de la pareja puede tener más de dos parejas, y son exclusivamente para él o ella.
  • Relaciones abiertas swingers: Ambos acuerdan que uno o los dos pueden tener relaciones de pareja con terceros, siempre que esos encuentros sexuales sean sin romance y en ámbitos de fiestas de intercambio de parejas, apps de swingers…
  • Relaciones abiertas poliamorosas: La más abierta de todos los tipos de relaciones, los miembros de la pareja acuerdan tener múltiples relaciones con distinto número de persona y de diversos géneros. Depende a los acuerdos a los que lleguen entre ellos, esas personas pueden estar involucradas en la relación o no, y pueden ser de carácter sexual y romántico.
  • Relaciones abierta monogamish: Es cuando la pareja queda de acuerdo en darse un freepass en algunas ocasiones específicas, como periodos de viajes largos.

 

En algunas de estas relaciones abiertas no existen problemas, y llevan una vida plena y feliz, pero tener una relación abierta puede traer una serie de problemas a la persona que no sabe hacer una buena gestión, algunos de ellos son:

  • Celos y baja autoestima: Aquellas personas con una autoestima baja o inestable pueden sufrir dolor en las relaciones abiertas, pensando que su pareja prefiere estar con otras personas o es más feliz en otros vínculos y empezarán los problemas de celos y control que hará imposible mantener en el tiempo esa relación abierta.
  • Riesgo de infecciones sexuales: Se necesita establecer unas reglas entre la pareja para no tener ningún tipo de problema sexual, establecer qué tipo de medidas se van a tomar con cada una de las parejas y si se realizarán controles habituales.
  • Adicción sexual o perdida de la libido: Se puede llegar a generar una hipersexualidad en una relación abierta mal llevada sintiendo una gran motivación por conseguir más parejas, utilizándolo como una forma para aumentar la autoestima o a perder el apetito sexual debido al estrés de querer complacer a distintas parejas sexuales.

Pese a los problemas mencionados, las relaciones abiertas pueden aportar muchas cosas positivas y es una buena alternativa para las personas que quieren vivir más su sexualidad y generar nuevas experiencias vitales sintiéndose libre y sin presiones.

¿Cómo puede ayudarme la terapia de pareja a tener una relación abierta?

  • Aumentar la comunicación, generando pactos de pareja y delimitando los límites de nuestro acuerdo.
  • Generar un espacio libre, seguro y constante, donde poder hablar de posibles inseguridades, celos o dudas que pueden surgirnos en este tipo de relaciones abiertas.
  • Mantener la pasión en la pareja con el tiempo y que la novedad no nos haga centrarnos solo en otros vínculos amorosos o sexuales.
  • Generar espacios para ti mismo, tener diferentes parejas o encuentros sexuales puede suponer un gasto de tiempo excesivo que nos impida generar un buen autocuidado personal.
  • Aceptar las pérdidas o rupturas de algunas de las parejas, sin que afecte a tus otras relaciones abiertas.

 

Pautas educativas para padres

Educar no es fácil, todos los sabemos, y hacerlo sin ningún tipo de indicación o pauta educativa es seguramente sinónimo de hacerlo mal. Las pautas educativas adecuadas facilitan el desarrollo de habilidades sociales y de conductas prosociales en la infancia, por lo cual es importante brindar sensibilización y orientación.

Saber que pautas educativas o que tipo de normas que establecer, que recursos y procedimientos utilizar para hacer cumplir dichas normas, junto con el grado de afectividad, comunicación y apoyo entre padres e hijos, son fundamentales para el crecimiento personal, la autoestima, la interiorización de valores, las habilidades sociales y la toma de decisiones para resolver conflictos futuros de nuestros hijos.

Está claro que intentamos hacerlo lo mejor que sabemos porque los amamos, pero se puede malinterpretar su intención y ser, por ejemplo, excesivamente permisivos en algunos momentos. Situación que hace que muchos niños se vuelvan irrespetuosos y entren en constantes pataletas, y no sepamos como manejar está situación utilizando pautas educativas autoritarias de repente. Para no confundir a nuestros hijos, debemos tener siempre el mismo estilo de crianza o seguir siempre las mismas pautas educativas. Los diferentes estilos que existen son:

– Estilo autoritario. Las pautas educativas son muy exigentes y firmes y en cambio la sensibilidad y el interés percibidos no siempre son positivos. Es un estilo en el que no se deja al niño o niña desarrollar su autonomía y en el que a veces se le exige demasiado. El niño puede sentirse presionada, bajar su autoestima y no desarrollar autonomía. Este estilo de crianza convierte a tus hijos en adultos dependientes e inseguras.

– Estilo permisivo. El estilo permisivo tiene unas pautas educativas muy débiles, está en el extremo contrario en cuanto a exigencia y firmeza. Los niveles de exigencia y firmeza son nulos o inexistentes. El niño/a necesita reglas para saber qué es lo que se espera de él o ella. Suelen percibir un nivel adecuado de sensibilidad e interés. El niño no aprende a tolerar la frustración, pensándose el centro de todo, no aprenderá a aceptar críticas ni a relacionarse de manera sana.

 – Estilo negligente. Es un estilo en el que los progenitores no se ocupan de sus hijos, directamente no existen pautas educativas, ni se preocupan de ellas. Los niveles de exigencia son bajos y también la sensibilidad.  Es el estilo más negativo de todos, pueden desarrollar todas las consecuencias negativas de los estilos anteriores.

– Estilo democrático. El estilo democrático, define la actitud que encuentra el término medio entre la exigencia y la sensibilidad. Es el estilo de crianza con pautas educativas positivas, pasa por atender las necesidades emocionales de nuestros hijos y emplear una disciplina positiva. Se habla con nuestros hijos para consensuar las normas y decisiones de forma democrática, aumentando la autonomía y la confianza de los pequeños. No siempre es sencillo llevar este tipo de crianza y seguramente necesites unas pautas educativas para poder llevarla a cabo.

 

¿Cómo puede ayudarme la terapia psicológica a mejorar las pautas educativas?

  • Generar un estilo democrático basado en pautas educativas positivas, que fortalezcan la autoestima y el desarrollo correcto de mi hijo.
  • Seguir unas pautas educativas de forma constante y en acuerdo con mi pareja, para evitar discusiones entre nosotros o problemas en la seguridad de mi hijo.
  • Darme habilidades de comunicación y negociación para comunicarme mejor con él y tratarlo con respeto.
  • Saber establecer límites de manera correcta y mantenerlos acorde a las pautas educativas.
  • Ayudarme a generar espacios donde demostrarle y expresarle mi amor de manera correcta.
  • Aprender a premiarlos con las pautas educativas correctas para modificar sus comportamientos.
  • Sentirme más segura con mis pautas educativas y aumentar mi confianza como madre/padre.
Revitalizar la relación de pareja

Son muchas las parejas que, pasado un tiempo, y acabado esa primera etapa de enamoramiento, donde todo es pasión y magia, que dura aproximadamente un año por las sustancias químicas que emite nuestro cerebro, llegan a un amor maduro, que tiene unas ventajas muy importantes, como la mayor confianza y consolidación, pero es posible que se apague un poco esa magia e intimidad si no vamos cuidando las áreas necesarias en pareja, por eso muchas parejas acuden a terapia de pareja para revitalizar la relación de pareja.

Además del paso del tiempo, que ya es un factor que puede influir, son muchas las causas que pueden haber llevado tu relación a un punto que necesite esa revitalización de la relación pareja, algunas de ellas pueden ser:

  • Estrés y ansiedad por parte de uno o de ambos en la pareja: Esto hace que estemos irritados y nos enfademos con nuestra pareja más a menudo, reduciendo los momentos de calidad y de intimidad, puede ser un factor muy limitante para revitalizar la relación de pareja.
  • Incompatibilidad de horarios: No tenemos tiempo para revitalizar la relación de pareja y dedicarle el tiempo necesario.
  • Llegada de hijos u otras responsabilidades: Nuestra atención se divide y no le prestamos atención a la pareja, pasa a un segundo plano, y es posible que después de la llegada de los hijos se necesite revitalizar la relación de pareja.
  • Mala comunicación: Puede que no sepamos que necesita la otra persona para sentirse satisfecha con la relación o ni si quiera hablamos de esto, viendo como la relación es cada vez más distante. Comunicar nuestras necesidades es vital para revitalizar la relación de pareja.
  • Rutina y monotonía: Puede que, si nos dediquemos el tiempo necesario en la pareja, pero este no es vivido como de calidad. No estamos viviendo experiencias nuevas y eso puede llevar al aburrimiento o al hartazgo de la pareja. Incluir novedades tanto en el plano romántico como en el plano sexual es uno de los factores más necesarios para revitalizar la relación de pareja.
  • Pocas demostraciones de amor: Muchas veces se da por hecho que la otra persona sabe que la queremos y no se lo comunicamos o demostramos de forma constante, perdiendo los detalles, las muestras de afecto o incluso las relaciones sexuales. Es muy importante sentir el amor de nuestra pareja y saber cómo demostrarlo para seguir manteniendo la chispa y revitalizar la relación de pareja.

Podemos sentirnos identificados en estas causas y no por eso dejamos de querer a nuestra pareja ni nuestra relación es insalvable. Solamente tenemos que revitalizar la relación de pareja de forma correcta y creativa.

¿Cómo puede ayudarnos la terapia de pareja a revitalizar la relación de pareja?

  • Tener un lugar seguro en el que expresar las dificultades de nuestra relación con respeto y asertividad.
  • Aprender a expresar nuestras necesidades y escuchándonos de forma activa, generando planes de acción para que sean cubiertas y revitalizar la relación de pareja.
  • Mejorar nuestras técnicas de comunicación, como aprender a hacer críticas correctas y mejorar en la resolución de conflictos.
  • Conocerme mejor y conocer mejor a mi pareja, para aprender a revitalizar la relación de pareja.
  • Aumentar nuestros conocimientos sobre la pareja, el amor y la sexualidad, para tener más herramientas futuras para por nosotros mismos revitalizar la relación de pareja.
  • Crear herramientas creativas que nos hagan revitalizar la relación de pareja y no caer en la rutina.
  • Programar momentos concretos, es decir, citas para revitalizar la relación de pareja, priorizándonos.
  • Aprender a gestionar el estrés y la ansiedad del día a día, que puede estar influyendo en contra de revitalizar la relación de pareja.